
La isla de Oahu no es sólo la isla de los turistas, es también la isla en la que rugen los volcanes y crece día a día debido a las contínuas erupciones. Está construída sobre arroyos de lava y la arena de sus playas puede ser blanca, ámbar, gris o negra; diversidad es lo que mejor la describe. Aquí es donde el rey Kamehameha, que unió a todas las islas bajo un mismo reino, gobernó y murió; aquí es donde llegaron los misioneros y se construyó la primera iglesia cristiana de Hawaii, y también donde murió el explorador James Cook.
Para los hawaianos la tierra es sagrada y antes de edificar debe ser bendecida por un sacerdote o Kahuna. Nadie toma a broma esta tradición y a pesar de que Oahu es uno de los destinos turísticos más masificados del mundo todavía pueden encontrarse celebraciones de ritos ancestrales y buena representaciones de Hula. En esta isla no hay lugares tranquilos pero es donde se conserva toda la historia de estas islas, es el epicentro de la vida nocturna y de las rutas preferidas por los visitantes.
Honolulu, que se encuentra en esta isla, es la capital de las Islas de Hawaii y es una vibrante ciudad con modernos edificios, luces rutilantes y música para cada ambiente. Aquí podrá visitar Aloha Tower, con sus bellas ponorámicas del puerto; el Bishop Museum, donde podrá conocer la cultura polinesia; el Hawaiian Maritime Center, los volcanes Diamond Head y Punchbowl, que alberga el National Memorial Cementery -donde descansan los restos de los soldados estadounidenses de la guerra del Pacífico- y el Planetario.
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